
A muchas personas les resulta difícil aceptar el cambio o la transición en su vida. Pueden intentar mantenerse en un lugar mentalmente más seguro aferrándose a viejos hábitos y creencias, o evitando cualquier cosa que pueda molestarles. Sin embargo, este enfoque sólo conduce a la frustración y al estancamiento. Sin embargo, a veces es difícil ver esto claramente, por lo que se cuenta con herramientas como la curva del cambio.
Hay muchas maneras de afrontar situaciones nuevas e inesperadas. A algunas personas les resulta útil hablar abiertamente de sus sentimientos con amigos o familiares. Otras prefieren superar los retos por sí mismas, confiando en la autodisciplina y la actitud positiva. Cualquiera que sea el enfoque que mejor funcione para el individuo, es crucial entender lo que sucede internamente para superar estas dificultades.
¿Qué es la curva del cambio?
Es un modelo que se utiliza para explicar los cambios de comportamiento o estado de ánimo que experimentan las personas. Se trata de una herramienta muy útil para entender el proceso por el que pasa la gente cuando realiza un cambio, ya sea en su forma de pensar, sentir o actuar.
Este modelo fue propuesto por primera vez por Elisabeth Kubler-Ross en su libro de 1969, On Death and Dying. Las cinco etapas del duelo que ella identificó son negación, ira, depresión, experimentación y aceptación.
Las personas suelen pasar por estas etapas para aceptar un cambio importante en su vida. Por ejemplo, alguien a quien se le ha diagnosticado una enfermedad terminal puede pasar por las cinco etapas antes de aceptar su destino. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todo el mundo experimenta las cinco etapas: algunos sólo experimentan algunas y otros no experimentan ninguna. Además, el orden en que se producen estas etapas puede variar de una persona a otra.
En este sentido, este modelo puede aplicarse a cualquier tipo de cambio vital, ya sea positivo o negativo. Por ejemplo, alguien que se casa puede pasar por el mismo proceso que alguien que se divorcia; la única diferencia es que el resultado será distinto. En otras palabras, el objetivo de esta herramienta no es necesariamente llegar a la aceptación, sino que es simplemente una forma de que las personas entiendan y afronten los cambios en sus vidas.
Por esta razón, ha sido utilizado durante muchos años por investigadores y profesionales de diversas disciplinas para intentar comprender mejor el proceso por el que pasan las personas ante una situación nueva. Esta herramienta nos permite identificar las diferentes fases por las que pasa la gente así y tener un mayor conocimiento sobre qué factores influyen en este proceso.
Fases de la curva del cambio.
Como se mencionó, se identifican 5 fases en el modelo:
- Negación.
- Ira.
- Depresión
- Experimentación.
- Aceptación.
Cada etapa se caracteriza por diferentes emociones y comportamientos. Tomando como ejemplo el fallecimiento de una persona. Durante la fase de negación, la gente puede negarse a creer que su ser querido ha muerto o intentar convencerse de que sigue vivo. Durante la fase de ira, las personas pueden enfadarse con todos y todo lo que les rodea. Durante la depresión, las personas pueden sentirse desesperadas e impotentes. En la etapa de experimentación, las personas pueden intentar nuevas cosas para salir adelante, desde que los demás cambien de opinión sobre la forma en que murió su ser querido, hasta aceptar sugerencias de lo que podría hacer para sentirse mejor. Finalmente, en la aceptación, la gente finalmente acepta que su ser querido se ha ido y siguen adelante con sus vidas.
Cada una de estas fases se caracteriza por un conjunto de pensamientos, sentimientos y acciones específicos que experimentan las personas mientras realizan un cambio. Es importante tener en cuenta que no todas las personas pasan necesariamente por todo esto; algunos pueden saltarse una etapa y pasar directamente a la acción, mientras que otros pueden permanecer en cierto estado durante mucho tiempo sin llegar a hacer nada.
En este aspecto, se pueden considerar la motivación interna y externa. De esta forma, las personas son más propensas a realizar un cambio si tienen una alta motivación intrínseca o si existen fuertes incentivos externos por ejemplo, si hay presión social o consecuencias negativas.
Los límites de este modelo.
Aunque es una herramienta útil para entender el proceso por el que pasa la mente, también tiene sus limitaciones. Una de las principales críticas a este modelo es que no tiene en cuenta los factores individuales, lo que significa que no todas las personas experimentarán necesariamente los mismos pensamientos y sentimientos en cada una de las fases del cambio.
Otro problema es que este modelo se centra demasiado en el comportamiento externo y no presta suficiente atención al mundo interno de las personas, por ejemplo, sus creencias o valores. Aun así, no deja de ser algo a considerar en ciertas situaciones donde se quiere saber qué factores influyen en el duelo de un individuo o en la toma de decisiones .