Cuando se trata de tener una comunicación eficiente, el referente es como la llave que abre la puerta de la comprensión de lo que dice cada persona. Es aquello que necesitamos conocer para poder sumergirnos en el mensaje que se nos presenta.
Sin embargo, el referente no siempre es evidente en primera instancia, y puede requerir una exploración más profunda para ser plenamente comprendido. Es como si fuera una especie de tesoro escondido, esperando ser descubierto por el receptor atento y curioso.
¿Qué es el referente en la comunicación
Se trata de un concepto fundamental que se utiliza para referirse a aquello que se está hablando o señalando en un discurso o mensaje. Es decir, es el objeto, persona, lugar o idea al que se hace referencia en una comunicación, y que se establece mediante el uso de signos, símbolos o palabras.
En este sentido, puede decirse que es el punto de partida para la comprensión de cualquier tipo de mensaje, ya que sin él, no tendría sentido alguno. Así, la identificación y comprensión del referente es imprescindible para lograr una comunicación efectiva y fluida.
Importancia.
Por lo mencionado anteriormente, este concepto es uno de los elementos más importantes en la comunicación porque es el punto de partida para establecer una relación entre el emisor y el receptor. Es la base de la comunicación ya que sin referente, no hay mensaje que transmitir. Por tanto, es fundamental que éste sea claro, preciso y conocido por ambos interlocutores.
Un referente ambiguo o poco claro puede generar malentendidos, confusión o falta de interés en el mensaje. Por ejemplo, si el emisor utiliza términos técnicos que el receptor no conoce, este puede perder el interés o no entender el mensaje. En cambio, si es claro y conocido, el receptor puede sentirse más interesado y dispuesto a prestar atención al mensaje.
¿Cómo influye en la interpretación del mensaje?
El significado que se atribuye a un referente puede variar según el contexto, la cultura o la experiencia de los interlocutores. Por ejemplo, la palabra «hogar» puede significar algo diferente para una persona que vive sola en un apartamento que para alguien que vive en una casa grande con su familia.
Además, puede ser utilizado para persuadir al receptor, ya que el emisor puede utilizar un referente connotativo con el objetivo de crear una imagen positiva o negativa sobre el tema.
Por esta razón, es un elemento indispensable en la comunicación efectiva. Es así que para lograr esto, el emisor debe tener en cuenta quién es su receptor y ajustar el lenguaje y el contenido del mensaje a su nivel de conocimiento y experiencia. Una buena técnica para lograr una comunicación efectiva es utilizar ejemplos o analogías que ayuden al receptor a entender el referente de manera más clara.
La relación entre el referente y el contexto.
El referente está íntimamente relacionado con el contexto comunicativo, ya que el significado puede variar según el contexto en el que se utilice. Por ejemplo, la palabra «maíz» puede tener un significado diferente en un contexto agrícola que en un contexto culinario.
Además, el contexto puede influir en la elección del referente por parte del emisor. Por ejemplo, si el emisor quiere persuadir al receptor sobre la importancia de la educación, puede utilizar un referente connotativo positivo como «oportunidades» en lugar de uno connotativo negativo como «fracaso».
El referente en diferentes tipos de comunicación.
Por lo general está presente en todos los tipos de comunicación, ya sea oral o escrita, formal o informal, técnica o coloquial. En la comunicación oral, puede ser apoyado por el lenguaje no verbal, como gestos o expresiones faciales. En la comunicación escrita, el emisor debe ser más cuidadoso en la elección de éste ya que no cuenta con el apoyo del lenguaje no verbal.
En la comunicación técnica, es común utilizar referentes específicos y técnicos que solo son conocidos por expertos en el tema. En cambio, en la comunicación coloquial, se utilizan casos más cotidianos y cercanos al receptor.
¿Cómo manejar el referente en los mensajes?
Para manejar el referente en los mensajes, es importante tener en cuenta quién es el receptor y ajustar el lenguaje y el contenido del mensaje a su nivel de conocimiento y experiencia. Hay que evitar utilizar términos ambiguos o poco conocidos que puedan generar confusión.
Si lo que se quiere es persuadir, hay que utilizar una idea connotativa que genere la imagen deseada. Además, es importante tener en cuenta que el referente puede ser explícito o implícito en el mensaje. En ocasiones, el referente puede estar señalado en el contexto del mensaje, mientras que en otras ocasiones es necesario que el emisor lo explique.
Dándole forma a los mensajes.
Al pensar en los referentes en los mensajes comunicativos, viene a la mente la imagen de un mapa: una guía que nos ayuda a orientarnos y a entender el contexto en el que nos movemos. En este sentido, son como los puntos cardinales que nos indican dónde estamos y hacia dónde debemos ir.
Sin ellos, los mensajes pueden parecer vagos e incompletos, como si estuvieran flotando en el aire sin anclaje alguno. Por eso, es crucial prestar atención a los referentes en nuestra comunicación, ya sea verbal o no verbal, y asegurarnos de que sean relevantes para todos.
De lo contrario, corremos el riesgo de perdernos en el laberinto de la incomunicación, donde las palabras y los gestos no tienen sentido ni impacto. De esta forma, podemos ver a dichos elementos como la brújula que nos guía en la comunicación, por lo que hay que prestarles la atención suficiente para comprenderlos.