
Cuando un niño participa en un juego libre, éste no está estructurado ni tiene reglas especificas a las que adherirse, por lo que el pequeño se está expresando y explorando su potencial. Cuando eres un niño, tienes que confiar en tus padres para que te digan cuándo es el momento de soltar las riendas de las cosas. Por esta razón, dichas actividades pueden convertirse en un bello momento cognitivo para el joven.
En este aspecto, permitir que los pequeños exploren y usen su imaginación sin restricciones es lo que entendemos por libertad. Incluso en medio de todas las responsabilidades de la vida moderna, puede ser difícil para los niños ser simplemente niños. Pero jugar sin reglas ni límites tiene muchas ventajas.
Libertad al divertirse.
La empatía y la comprensión se fomentan gracias a ello. Entender a los demás es más fácil cuando los hijos pueden expresarse libremente, ya que pueden ver sus propias experiencias a través de los ojos de otra persona.
Mejora la capacidad de pensar de forma creativa y de resolver problemas. La capacidad de pensar críticamente y resolver problemas por sí mismos se fomenta en los niños cuando se les da la libertad de explorar y crear por sí mismos. El resultado es una mayor capacidad de invención y un aumento de la inteligencia total.
La coordinación física y la destreza aumentan como resultado de esta práctica. La motricidad fina y la coordinación general se benefician en gran medida del juego libre debido a la cantidad de movimientos que suele conllevar. Esto es especialmente beneficioso para la participación posterior en deportes u otras actividades más demandantes.
Algunos ejemplos de dichas actividades incluyen:
- Disfrazarse.
- Bloques y construir cosas.
- Hacer acertijos.
- Interacción de la arena y el agua.
- Muchas actividades al aire libre.
Un detalle particular es que no necesariamente tiene que estar limitado solo a los hijos, ya que los padres también pueden participar como un apoyo para que todos se diviertan y los pequeños estén supervisados.
En este sentido, algunos ejemplos de actividades que pueden realizarse con la ayuda de un adulto son:
- Pintura con esponja.
- Carrera de obstáculos.
- Expresión artística.
- Utilizar figuras de acción o muñecas.
Beneficios.
Aparte de la importancia de las tareas escolares, es fundamental dejar a los niños tiempo para divertirse. Los jóvenes que tienen tiempo para jugar son menos propensos a ganar peso porque pasan más tiempo libre haciendo cosas que les gustan. También mejoran sus habilidades sociales y sus modales.
En este aspecto, cuanto más tiempo pasen jugando con sus compañeros, mejor será su rendimiento académico. A medida que los estudiantes se adentren en carreras más autónomas, tendrán que ser capaces de trabajar de forma cooperativa y en colaboración con los demás, lo cual se puede fomentar desde el principio con este tipo de actividades.
La importancia del juego libre.
Cuando se nos impide explorar libremente nuestro entorno, nuestro cerebro pierde la oportunidad de aprender y desarrollarse. Para cultivar estas habilidades esenciales para la vida, es fundamental que los padres permitan a sus hijos disponer de suficiente tiempo para divertirse y conocerse a si mismos.
Por esta razón el esparcimiento sin ningún tipo de regla permite que cada persona conozca sus capacidades y se exprese sin el inconveniente de romper alguna norma preestablecida. No se puede exagerar la importancia del juego no estructurado para el desarrollo integral de los niños.
A través de este medio, adquieren una sensación de libertad, creatividad y autoexpresión. Los niños se benefician del juego libre porque les ayuda a descubrir lo que mejor les funciona en su entorno.
Tomando esto en cuenta, como padres lo que debemos preguntarnos es cuándo deben los hijos empezar a jugar sin supervisión. Esta es una cuestión difícil de responder, ya que la respuesta depende de la edad del niño, de su etapa de desarrollo y de sus preferencias personales.
Sin embargo, el momento en que empiece a depender menos de los padres y comience a explorar más su entorno, no quedará más que dejarlo conocer por cuenta propia su mundo y, en este aspecto no hay forma más segura que jugando.
Crecer divirtiéndose.
El mundo interior del niño aún no puede expresarse con palabras, pero debe ser controlado de alguna manera a través de la diversión. En el caso de los más pequeños, esto les sirve para expresar su imaginación mientras descubren cómo funcionan el mundo y la realidad. Después de todo, la capacidad creativa de una persona es algo más que cambiar las cosas, es también la capacidad de experimentar las cosas a su alrededor de forma amena y entretenida.