
Puede resultar difícil aprender algo nuevo, lo cual es especialmente cierto al prepararse para escribir un informe, una redacción o cualquier otro trabajo académico y hay que poner en orden las ideas. Sin embargo, los organizadores gráficos, lo hacen todo mucho más sencillo.
Hay personas que requieren diferentes formas de enseñanza para captar adecuadamente el conocimiento y las técnicas más efectivas en estos casos siempre están relacionadas con el aspecto visual. Esto se debe a que tienen un impacto más grande en la mente y pueden ayudar a transmitir muchas ideas en una imagen.
¿Qué es un organizador gráfico y para qué se utiliza?
Se trata de una herramienta hecha para ayudar a la gente a ordenar sus ideas, además de que pueden utilizarse para simplificar o explicar temas más difíciles. Todos tienen el propósito de ayudar a identificar las conexiones entre conceptos o ideas de forma visual, de modo que establezcamos una relación entre lo que aprendemos y lo que vemos.
Cuando se utilizan correctamente, pueden ayudar a comprender y retener mejor la información. Hay una gran variedad entre los que elegir, por lo que es fundamental elegir el adecuado de acuerdo al tipo de información que se quiera aprender. Los diagramas de Venn, los diagramas de flujo y las tablas son ejemplos de organizadores gráficos muy populares entre estudiantes y profesionales.
En este sentido, pueden servir como una herramienta para estudiar de una forma más efectiva o incluso para representar de manera visual una lluvia de ideas y así darle más creatividad a la toma de decisiones.
Flexibles y variados.
Debido a la amplia gama de opciones que se pueden utilizar para representar algo gráficamente, pueden adaptarse a las necesidades de cada quien. En este aspecto, los diagramas de Venn o los mapas mentales son una opción ideal para crear nuevas ideas o conceptos, y ordenarlos de una manera adecuada para usarlos después.
Incluso si no se conocen todas las alternativas que se pueden utilizar, es posible usar tablas o círculos para representar las ideas que tengamos. Al final, lo único que se necesita es tener claro el núcleo principal del tema y partir de ahí para condensar la información en un medio más didáctico.
Beneficios.
Existen muchas ventajas por el uso de organizadores gráficos cuando se trata de estructurar mejor las ideas o conceptos. Pueden utilizarse para hacer una lluvia de ideas, tomar notas, redactar un ensayo o el esquema de un trabajo.
Gracias a esta herramienta es fácil escoger los elementos adecuados para realizar una investigación o cualquier otra clase de trabajo. Los alumnos que los utilizan tienen la ventaja de estar mejor preparados para cualquier tarea que se les encomienda, ya que siempre se enfocan en los puntos más importantes y saben cómo resumir la información que se les proporciona. En general, para las personas que tienen dificultades para concentrarse en sus tareas y gestionar su tiempo son una gran ayuda porque presentan los puntos más importantes de un tema de forma resumida.
A continuación se presentan algunos ejemplos de cómo se puede utilizar un organizador gráfico.
- Planificar un ensayo o un trabajo de investigación.
- Resumir brevemente los puntos esenciales de un discurso o artículo.
- Tomar notas mientras se lee.
Si bien parecen ser maneras simples de utilizar estas herramientas, todo depende de las necedidades de cada quien y el provecho que se espera sacar. Después de todo, es un medio relacionado con estudiantes, pero también lo podría utilizar un cocinero con sus recetas, un diseñador con sus dibujos o hasta una familia en un plan de vacaciones. Las ideas están limitadas por la creatividad de cada persona.
Creatividad y aprendizaje.
Como representación visual de ideas, conceptos o información, un organizador gráfico es una herramienta útil. Los adultos pueden utilizarlos para la planificación de proyectos o la elaboración de esquemas, mientras que para los estudiantes es un medio efectivo para adquirir y organizar nuevos conocimientos.
Hay una gran variedad de organizadores gráficos entre los que elegir, pero todos sirven para lo mismo, ayudarnos a comprender y retener mejor la información. Por esta razón conviene ver todas las opciones que tenemos disponibles y decidir cuál es la que se adaptaría mejor nuestro trabajo. Como no hay una regla que nos limite a utilizar uno nada más, sólo debemos comprometernos a dedicarle un momento a ordenar nuestras ideas para empezar a trabajar de una manera más eficiente y aprender muchas cosas más.