La mayoría de la gente piensa que el conocimiento es algo que está guardado en un libro, o quizás incluso en un recurso en lineal. Sin embargo, el conocimiento también procede de las ideas y creencias, que forman los cimientos de cómo procesamos la información y tomamos decisiones sobre el mundo que nos rodea. En este aspecto, uno puede enfocarse en el origen de dichas ideas o hasta en la forma en cómo las adquirimos y cómo van formando la base de nuestro conocimiento.
¿Qué es una idea o creencia?
Se trata de un pensamiento o concepto que una persona considera verdadero y actúa basándose en esta creencia. Estos pensamientos pueden proceder de muchas fuentes, como la religión, la cultura, la educación, la familia, los medios de comunicación o incluso las experiencias personales. Pueden ser desde cosas sencillas y fácilmente aceptadas por los demás, por ejemplo, desde algo tan natural como creer que el sol saldrá por la mañana, hasta complejos sistemas de pensamiento que pueden resultar difíciles de aceptar para algunos como creer en una vida después de la muerte.
Independientemente de su origen o complejidad, todas las ideas y creencias tienen algún tipo de importancia para su poseedor, ya que contribuyen a conformar su percepción de la realidad.
Características.
Las ideas y creencias suelen tener ciertas características que las distinguen de otras formas de comprensión.
- Son abiertas: no puede decirse que un solo concepto explique definitivamente algo en su totalidad, sino que sirven como puntos de partida para explorar más información sobre un tema determinado.
- Son subjetivas: lo que cree una persona puede no coincidir necesariamente con la perspectiva de otra sobre el mismo tema.
- Evolucionan con el tiempo: a medida que se dispone de nuevos datos o que madura nuestra propia comprensión, la gente cambia sus opiniones sobre determinados asuntos o a desarrollar otras totalmente nuevas.
- Son contextuales: una idea puede tener implicaciones muy diferentes en distintos entornos, dependiendo de las normas culturales y las expectativas de la sociedad.
¿Por qué se pueden considerar como la base del conocimiento?
Esto se debe a que constituyen los cimientos que proporcionan los marcos necesarios para comprender lo que ocurre a nuestro alrededor. Sin ellas, nos costaría encontrarle sentido a cualquier cosa: no seríamos capaces de comprender por qué las cosas ocurren de determinadas maneras o qué consecuencias pueden tener nuestras acciones si no actuamos de acuerdo con ciertas normas o expectativas.
En este aspecto, también nos permiten comprender nuestro propio comportamiento y el de los demás; esto nos permite empatizar más fácilmente con los demás, así como identificar posibles conflictos antes de que surjan, para poder evitarlos en consecuencia.
Además, cuando algo sucede de manera contraría a lo que creemos, también se forma una experiencia que cuestiona nuestro saber y nos impulsa a preguntarnos más cosas y, por ende, a aprender más sobre diferentes perspectivas.
Por ejemplo, si comprendemos que determinadas acciones son moralmente incorrectas, esto puede configurar nuestras decisiones en escenarios futuros para evitar que esas acciones tengan lugar. Además, en lo que respecta a la educación formal, constituyen la base fundamental sobre la que se construye la nueva información: sin una comprensión básica de cómo funcionan las cosas en sus formas más fundamentales, no se puede esperar entender realmente conceptos complejos que veremos en nuestro desarrollo.
¿Cómo se adquieren las ideas y las creencias?
Por lo general, se adquieren por diversos medios, como leyendo libros, escuchando charlas, observando a las personas que interactúan a nuestro alrededor y hasta por las ideas que tienen los demás. Además, nuestras experiencias vitales también desempeñan un papel en la formación de nuestros puntos de vista; cuando nos enfrentamos a distintos escenarios en la vida, sacamos conclusiones basadas en recuerdos pasados que informan nuestras decisiones futuras en consecuencia.
Este ciclo continuo garantiza que actualicemos constantemente nuestros puntos de vista sobre cualquier tema para adaptarnos mejor a las condiciones cambiantes, tanto dentro de nosotros mismos como en nuestro entorno, lo que nos permite aprender con mayor eficacia a lo largo del tiempo.
Unos fundamentos solidos.
Como vemos, las ideas y creencias desempeñan un papel esencial en la formación de nuestro conocimiento del mundo que nos rodea. No sólo son importantes para ayudarnos a dar sentido a cualquier situación, sino que también afectan a nuestra forma de interactuar con los demás y el funcionamiento de nuestras sociedades. Por tanto, es esencial que comprendamos estos conceptos para que podamos desenvolvernos mejor tanto en nuestras vidas como en las de los demás.