El lenguaje es una herramienta muy importante que nos ayuda a comunicarnos con otros personas. Tiene un papel clave, ya que nos permite interactuar y hacernos entender con los demás. Sin embargo, debemos saber usarlo correctamente porque hay ciertos tonos que podrían parecer inapropiados o molestos, tal como sucede con las oraciones imperativas.
Esto involucra el uso de términos claros y precisos, es decir, intentar usar palabras sin ambigüedades ni misterios. Esto ayuda a que todos sepan exactamente lo que está buscando, por lo que es importante saber bien cuales son este tipo de estructuras en la gramática y así, usarlas día a día de forma natural y sin malentendidos.
¿Qué es una oración imperativa?
Son un tipo de oración que requiere que alguien haga algo. Pueden estar compuestas de distintas partes: un verbo imperativo y un pronombre, el predicado o el sujeto. El verbo dice a la persona lo que debe hacer, por lo que el uso más común de esta estructura es dar órdenes a las personas.
Prácticamente se busca un resultado rápido, por lo que requieren que una acción sea realizada inmediatamente. En este aspecto, son palabras que indican una condición mínima para obtener una consecuencia. Son habituales en el lenguaje hablado y pueden ser muy sencillas, con un solo verbo y un sujeto, o más complejas, con varios verbos y sujetos.
Deja el libro.
Sal de la cama.
Tráeme las flores.
Mucha gente piensa que las órdenes pueden llegar hasta a ser groseras. En realidad, estas órdenes pueden ser muy fáciles de usar y son una representación de la forma en que hablamos de forma natural. Aun así, es un hecho que a la mayoría de la gente le resulta difícil hacer que los comandos suenen amables o poco duros.
En este sentido, pueden tener cierto matiz, ya que si se trata de orden, se le dice a alguien que actué inmediatamente. También hay una noción de requisito, al pedirle a alguien que haga algo antes que cualquier otra cosa. Otro aspecto muy común con estas oraciones son las sugerencias, donde se pide algo indirectamente.
Hablar con precaución.
Las frases imperativas son una buena herramienta para conseguir que alguien actué y, como ya vimos, son una parte natural del lenguaje. Sin embargo, deben usarse con precaución, ya que pueden dar la impresión de ser autoritarias. Por esta razón es importante tener en cuenta ciertos consejos para hablar de forma eficaz:
- Utilizarlas con moderación. Funcionan mejor cuando se utilizan en situaciones específicas en las que es necesario llamar la atención de alguien rápidamente.
- Tener claro lo que se busca. Si no se especifica exactamente lo que se quiere, no será posible obtener o dar una respuesta adecuada.
Usos de las oraciones imperativas.
Dar a entender.
Se pueden utilizar para expresar un punto de vista. A veces, la implicación es clara. Otras veces, es el oyente o el lector quien debe averiguar cuál es el significado implícito.
- Por favor, siéntese.
- Levántese inmediatamente.
- Cierra la puerta.
Crear urgencia.
Debido a su forma, también son una forma estupenda de crear urgencia en la gente, indicando que es necesario realizar la acción.
- ¡Date prisa!
- ¡Deja de mentir!
- ¡Haz la tarea!
Al final, podemos ver que se trata de diálogos muy naturales, que son parte del lenguaje y, aun sin darnos cuenta, los hemos utilizado toda la vida. En este aspecto, sin importar si se trata de una charla informal o hasta en la escritura formal, los escritores suelen utilizar frases imperativas para mostrar la importancia de la frase, crear tensión o mostrar todas las emociones que hay en unas cuantas palabras.
Después de todo, estas oraciones inspiran la acción y aunque en algunas situaciones puede tener un tono tosco, arrogante o hasta autoritario, también es suplicante o educado. En muchos casos tal vez sea inevitable que la gente se sienta mal, ya que utilizar órdenes en lugar de peticiones puede tomar por sorpresa a cualquiera. Sin embargo, muchas veces esta asertividad también es necesaria para dejar muy claro lo que se necesita.