Al momento de realizar un trabajo siempre hay una estructura que se debe de seguir para que éste se haga correctamente y el tema del que estamos hablando se transmita desde los primeros párrafos, y entre los puntos que nunca deben de faltar están tanto los objetivos específicos como los generales.
Las bases de una investigación se encuentran en el principio básico de alcanzar una meta, ya sea confirmar algún conocimiento o explicar algún fenómeno por medio de un experimento. Los resultados que la gente obtiene al final pueden ser los esperados o no, pero cada uno siempre se formula antes de empezar. Después de todo, este tipo de trabajos se orientan a los resultados, incluso si éstos no son alcanzados, pero para tener mayor éxito hay que saber desde el principio que hacer.
Objetivos generales.
En éstos se indican lo que se espera lograr de una forma resumida al plantear el trabajo de una manera general y debido a su naturaleza solo se utiliza uno por estudio, ya que es en torno a lo que gira la investigación. Éste se puede conseguir cuando se cumplen cada uno de los objetivos específicos.
Objetivos específicos.
Se indica una meta a alcanzar, pero en varios puntos que pueden ser medidos u observados de distintas maneras. Prácticamente se trata de partes más pequeñas del problema estudiado, que permiten entender diversos aspectos del tema y a su vez responder el planteamiento del objetivo general. No hay límite en la cantidad que pueden ser incluidos, ya que responden preguntas sobre el qué, el cómo y el dónde, por lo que pueden ser muchos e incluso producir más preguntas.
Gran variedad de temas.
Son fundamentales para saber cómo iniciar e incluso terminar una investigación, por lo que son usados en áreas de trabajo muy amplias.
De manera general se podría plantear el estudio de una enfermedad y de manera específica la intención de conocer los efectos que tienen en los niños, en los adultos, en los ancianos o hasta en los animales. De esta forma se tendría conocimiento de su impacto en muchas etapas de la vida y el grado al que afecta a cada persona, de modo que las metas se cumplirían.
En el área tecnológica se propondría de modo general dominar cierto programa, mientras que específicamente serían más precisos y hablarían sobre ser capaz de usar dicho software para analizar información, crear simulaciones, medir datos o ser capaz de enseñar a más personas lo que se aprendió.
Puntos conectados.
Para la redacción de un texto más formal es necesario conocer claramente la diferencia entre estos términos, pero a su vez cómo se complementan entre si. Junto con otros elementos, componen textos como tesis o ensayos que llegan a muchos lectores, por lo que es importante redactarlos correctamente.
Al combinarse se conocen las respuestas a las preguntas formuladas al inicio y se enriquece el conocimiento adquirido. Además, el análisis es más sencillo cuando funcionan como el bosquejo de los pasos que hay que seguir. Por esta razón, aunque en un párrafo se tenga una pequeña introducción del tema y en el siguiente puntos y acciones a seguir, la conexión entre ambos siempre va a existir, permitiéndonos realizar un excelente estudio.