
En nuestro mundo moderno, es imposible ir a cualquier sitio sin ser bombardeado por la publicidad. Está en la televisión, en las revistas, en las vallas publicitarias y hasta en los autobuses: miremos donde miremos, hay empresas que intentan vendernos algo. Pero lo que mucha gente no sabe es que la publicidad no consiste sólo en vender productos, sino también en manipular nuestras emociones e influir en nuestro comportamiento.
Por eso es tan importante tener una actitud crítica hacia este tipo de herramientas. Si entendemos cómo funcionan, podemos aprender a ver a través de las intenciones que tienen y tomar decisiones más informadas sobre lo que compramos y hasta sobre las acciones que tomamos. Si bien podría parecer agotador estar al pendiente de todo esto, es posible crear buenos hábitos que nos hagan tener una visión más objetiva.
¿Cómo ser un consumidor crítico de la publicidad?
En la sociedad actual, es importante cuestionarlo todo. Con la llegada de las redes sociales, nos bombardean constantemente con información y puede ser difícil saber qué creer. Es importante desarrollar una actitud crítica y no tomar todo al pie de la letra. Los anuncios son un ejemplo perfecto de ello. Nos bombardean constantemente con mensajes que nos dicen que compremos este producto o aquel servicio, pero ¿cómo sabemos si realmente vale la pena?
Por esta razón es bueno ser escéptico y hacer tu propia investigación antes de tomar cualquier decisión. No te dejes influir por los llamamientos emocionales o las imágenes bonitas: busca los hechos y asegúrate de que comprendes todas las implicaciones de lo que vas a comprar. Sólo entonces podrás decir realmente que has tomado una decisión informada.
- Considera la fuente. ¿Quién está detrás del anuncio? ¿Qué ganan con que lo veas? ¿Intenta el anuncio venderte algo? Ten en cuenta estas cosas cuando evalúes un anuncio.
- Fíjate en el mensaje en sí. ¿Qué dice realmente? ¿Pone afirmaciones que parecen demasiado buenas para ser verdad? ¿Hay algún mensaje oculto o subtexto que no estés captando? Analiza realmente el contenido del anuncio antes de llegar a cualquier conclusión sobre él.
- Sé consciente de tus propios prejuicios. Todos tenemos ciertas creencias y valores que influyen en nuestra forma de ver el mundo. Cuando veas un anuncio, toma un momento para pensar por qué te puede atraer. ¿Te atrae la imagen o el mensaje? ¿Estás de acuerdo con las afirmaciones que se hacen? Si no es así, ¿por qué no?
- Cuestiona todo. No tomes nada al pie de la letra; cuestiona siempre lo que ves y oyes. ¿Por qué se vende dicho producto? ¿Qué intentan venderte? ¿Hay alguna prueba que apoye sus afirmaciones?
- Piensa por ti mismo. Al final, sólo tú puedes decidir si algo es o no adecuado para ti. Confía en tu instinto y no te dejes influir por la presión de los compañeros o las estrategias de marketing.
Recuerda, sólo porque algo sea popular no significa que sea bueno para ti, por lo que siempre es bueno desarrollar hábitos alrededor del pensamiento critico.
La manipulación en la publicidad.
Lo que la mayoría de nosotros no sabe es que la publicidad está diseñada para manipular nuestras emociones con el fin de conseguir que compremos algo. Y aunque no hay nada inherentemente malo en tratar de vender productos, la forma en que muchos lo hacen puede ser poco ética e incluso perjudicial.
Una táctica común consiste en hacer que la gente sienta que tiene que comprar un producto porque todo el mundo lo está haciendo. Esto puede crear una sensación de FOMO, por sus siglas en ingles, que sería el miedo a perderse algo, que viene siendo una presión de grupo, que no son emociones saludables.
También está el llamado marketing de la escasez, que trata de hacer creer a la gente que un producto es de oferta limitada y que pronto desaparecerá para siempre. Esto crea una sensación de urgencia que puede llevar a la gente a tomar decisiones impulsivas de las que luego se puede arrepentir.
Estas técnicas son sólo algunas de las formas en que los anunciantes intentan controlar nuestro comportamiento. Por esta razón tiene muchos beneficios analizar con cuidado todo lo que nos ofrecen.
Apelaciones emocionales.
Las apelaciones emocionales están diseñadas para aprovechar nuestros sentimientos y crear una asociación entre el producto y las emociones positivas. Por ejemplo, la publicidad de vacaciones suele mostrar a gente feliz disfrutando en lugares hermosos. El mensaje es que si compras este producto, tú también te sentirás feliz y realizado. Del mismo modo, los artículos de lujo suelen mostrar a personas atractivas que usan o llevan el artículo en cuestión. La implicación es que si compras este producto, también serás atractivo y popular.
Por supuesto, no todas las apelaciones emocionales son tan flagrantes. Algunas son más sutiles, como los anuncios que juegan con nuestros miedos o nuestra inseguridad. Por ejemplo, los productos antienvejecimiento suelen centrarse en los efectos negativos del envejecimiento: arrugas o las canas. Intentan convencernos de que necesitamos su producto para evitar estos resultados indeseables.
Entonces, ¿por qué los anunciantes utilizan apelaciones emocionales? Porque funcionan. Los estudios han demostrado que cuando tomamos decisiones basadas en la emoción, es más probable que actuemos impulsivamente y sin tener en cuenta todos los hechos. En otras palabras, es más probable que hagamos una compra cuando sentimos emociones positivas, como la felicidad o el deseo, que cuando pensamos lógicamente en si necesitamos o no el producto.
Darse el tiempo para reflexionar.
Al final, queda claro que es importante ser crítico con todo lo que vemos. Esto se debe a que se trata de cosas que pueden tener mucha influencia en nuestras vidas y en nuestra forma de pensar. Además, son elementos que vemos por todas partes a nuestro alrededor, y a menudo son difíciles de evitar. Y aunque algunos anuncios son inofensivos o incluso divertidos, otros pueden ser muy persuasivos y convincentes.
Algunas personas sostienen que deberíamos disfrutar de las cosas ofrecidas y no tomarlas demasiado en serio. Al fin y al cabo, sólo intentan vendernos algo, y no debemos dejar que controlen nuestras vidas. Sin embargo, es importante ser consciente de los mensajes que envían, así como de las técnicas que utilizan para persuadirnos.
Si no aprendemos a cuestionar, podemos acabar tomando decisiones que no nos convienen realmente. Así que la próxima vez que veas un anuncio, toma un momento para pensar en lo que está tratando de decirte, y si estás o no de acuerdo con ello.