Estar al pendiente tu pareja constantemente puede ser una experiencia increíblemente agotadora y deprimente, sobre todo si se convierte en algo habitual en tu relación. La verdad es que preocuparte lo que hace no sólo provoca estrés y ansiedad innecesarios, sino que también puede tener un impacto negativo tanto en tu salud mental como física.
Al final, cada persona es diferente y merece tener su propio espacio. Si aun así, las inseguridades persisten, vale la pena evaluar la relación que llevan, pero también es posible tomar las cosas con calma y seguir ciertos consejos para tener una actitud más sana y enriquecedora.
Preocuparse por la pareja.
Cuando hablamos de este tema, nos referimos a un estado mental obsesivo en el que piensas constantemente en que le ocurra algo malo fuera de tu control; o peor aún, en algo que pueda estar haciendo y que te perjudique emocional o físicamente de algún modo.
Este tipo de preocupación suele ser irracional, infundada y puede llevar a un control excesivo de tu pareja o a la falta de confianza en la relación en general, debido a la creencia de que algo debe ir mal en alguna parte, aunque no haya pruebas de ello. Puede convertirse en un círculo vicioso del que es difícil liberarse una vez enquistado en él, y que te deja sintiéndote indefenso y abrumado por el miedo y la ansiedad todo el tiempo.
Efectos negativos.
Si no se controla, preocuparse excesivamente puede tener consecuencias graves, como un mayor riesgo de depresión y ansiedad, relaciones tensas, dificultad para concentrarte en las tareas, mayores niveles de estrés e incluso dolencias físicas como dolores de cabeza y problemas digestivos.
A la larga, esto también puede afectarte negativamente a ti y a tu relación, haciendo que se acumulen resentimientos con el tiempo o que se interrumpa la comunicación, reduciendo la calidad del vinculo entre las personas en general.
Ejercer el autocontrol.
Afortunadamente, hay algunos consejos prácticos que pueden ayudarte a reducir y, finalmente, romper el ciclo de obsesión generado por la preocupación. El primer paso es reconocer cuándo entras en ese estado mental obsesivo y hacer todo lo posible por salir de él. Cuando te encuentres preocupándote en exceso, intenta distraerte centrándote en otras tareas que tengas entre manos o realizando actividades que te hagan sentir más tranquilo, como escuchar música, leer un libro o dar un paseo.
Otro consejo importante es aprender a aceptar el hecho de que ninguna relación es perfecta, por mucho esfuerzo que ambos pongan para que funcione. Intenta no estancarte demasiado en expectativas o nociones idealistas que no reflejen la realidad; en lugar de eso, céntrate en comprender y aceptar a tu pareja tal como es, con defectos y todo.
Ser capaces de aceptarse mutuamente como individuos imperfectos contribuirá en gran medida a crear una relación más armoniosa en general basada en la confianza que construyan.
Aprender a confiar en tu pareja.
En este sentido, una vez que hayas aprendido a aceptar a tu pareja, el siguiente paso es aprender a confiar en ella, lo cual puede ser un proceso difícil si estás todo el tiempo al pendiente de ella. Para empezar, intenta hablar abierta y honestamente sobre cualquier preocupación o inquietud que tengas, sin culparle ni atacarle: esto puede crear un entorno de seguridad y respeto, que es crucial para desarrollar cualquier tipo de relación de confianza.
Además, practica darles el beneficio de la duda en lugar de sacar conclusiones precipitadas o enfadarte innecesariamente, lo que no hará más que crear más distancia entre vosotros.
También es importante recordar que las relaciones requieren trabajo por parte de ambos para que se mantengan fuertes y sanas, así que haz lo posible por no dejar la relación sólo porque las cosas se pongan difíciles a veces. En lugar de eso, céntrate en:
- Comunicarse abierta y honestamente entre ambos.
- Mostrar aprecio y gratitud el uno por el otro.
- Realizar juntos actividades que les gusten a los dos.
Mantente ocupado y céntrate en otras cosas.
También hay que entender que no es algo fácil, de modo que cuando empiece a ser abrumador, intenta redirigir tu atención hacia otras cosas que te hagan sentir bien. Por ejemplo, toma una nueva afición o aventúrate fuera de la relación, en este aspecto, puedes tratar:
- Conocer gente nueva y adquirir nuevas perspectivas.
- Ser más productivo terminando pendientes.
- Estar al pendiente de tu salud y sentirte más satisfecho contigo mismo.
Aprender a valorar.
Intenta centrarte en los aspectos positivos de tu relación, incluso cuando haya aspectos negativos; esto te ayudará a recordar por qué elegiste permanecer en ella y hará que sea un entorno más sano a largo plazo.
En este aspecto, es importante que identifiques cuáles son tus propios factores estresantes y desencadenantes relacionados con la preocupación por tu pareja. Puede ser cualquier cosa, desde pensamientos de que te engañe o te deje inesperadamente, o incluso experiencias o recuerdos dolorosos de relaciones pasadas que puedan estar influyendo en tu comportamiento en la actual.
Una vez identificados estos desencadenantes, te resultará más fácil abordarlos e idear formas más sanas de afrontarlos para que no sigan afectando negativamente a su relación. Incluso es posible que sea más fácil darse cuenta de lo valioso que es el vinculo entre los dos, ya que a pesar de todo, se han mantenido juntos.
El valor de la confianza.
En conclusión, preocuparte excesivamente por tu pareja puede tener graves consecuencias tanto para ti como para la relación en su conjunto. Afortunadamente, se pueden tomar medidas para romper el ciclo, como aprender a confiar en su vinculo, mantener una actitud positiva durante toda la relación, identificar las ideas que generan dicha actitud y practicar el autocontrol cuando la preocupación empiece a consumir tus pensamientos.
Si sigues estos consejos, es de esperar que te resulte mucho más fácil dejar de estar tan al pendiente de lo que hacen o no los demás, para que puedan empezar a disfrutar juntos de una relación más sana y satisfactoria.