
En el mundo es posible ver una gran variedad de animales y plantas en su hábitat natural, o dicho de otra forma, en su ecosistema. El detalle está en que no muchas personas entienden el significado de esta palabra o incluso las formas en que se da su clasificación, porque no todo es igual en nuestro mundo.
Sin importar si se trata de un pequeño jardín o una enorme selva, todo se puede definir con este término porque al final crean una comunidad entre todos los organismos que viven ahí. Aún así, se puede notar que tienen ciertas diferencias que nos ayudarán a entender su naturaleza y que se pueden incluir elementos que nunca se nos hubieran ocurrido.
Ecosistema.
Se trata de un conjunto de organismos formado por componentes bióticos, es decir, seres vivos, y también por factores abióticos, donde se tienen las partes inanimadas que interactúan con el ambiente. También se considera como la unidad básica de la ecología, ya que desde ahí empieza su rama de estudio.
Para que algo se considere un ecosistema se necesitan las partes mencionadas anteriormente, las abióticas y bióticas. En este sentido, no importa su dimensión ni la cantidad de elementos que contenga, ya que incluso puede haber varios dentro de otro, como en el caso de nuestro planeta donde se tienen peces o aves en mares o montañas.
Clasificación.
Se pueden utilizar diferentes términos de acuerdo a las características o la naturaleza de las especies en su hábitat. Cuando sean de acuerdo a sus componentes:
Biótico.
Se trata de todos los organismos vivos, donde se incluyen las plantas, los animales y los microorganismos.
- Autótrofos. Aquí se incluyen los productores, es decir, quienes producen su propio alimento como las plantas que realizan la fotosíntesis.
- Heterótrofos. En este caso se tienen los consumidores, que no son más que los animales que se alimentan de otros seres, y también están los descomponedores, que son en su mayoría bacterias y hongos que como su nombre lo indica, descomponen las sustancias en el medio ambiente.
Abiótico.
Aquí sencillamente se trata de las partes no vivas del ecosistema, las cuales pueden ser factores químicos o físicos como el aire, el agua o incluso los nutrientes que tiene la tierra. También se incluyen aspectos como la luz o la temperatura y en general, cualquier cosa que interactúe de alguna forma con los organismos.
Debido a que su investigación científica requiere conocer sus límites, los cuales a veces no están bien definidos, también es posible clasificarlos de acuerdo a su situación geográfica:
Terrestres.
Se tienen los bosques, la tundra, la taiga, la selva o el desierto. Lo que los distingue es la falta de agua o el hecho de que ésta sea limitada. Se incluyen desde mamíferos, hasta aves e insectos.
Acuáticos.
Son los que están formados por alguna clase de cuerpo de agua, ya sea un largo, río, mar y hasta una represa, porque no se hacen excepciones al ser naturales o artificiales.
- Agua dulce. Caracterizados por su bajo contenido de sal, se dividen en lénticos, donde están los espacios cerrados como los lagos, y loticos, donde el flujo va en una dirección, tal como en los ríos.
- Marino. Son los más largos, ocupando aproximadamente el 70% de la superficie de la tierra, cuyo lugar es ocupado por los mares y océanos.
Como se ve, no se deja nada de lado y se incluyen todos los factores con los que es posible identificar las partes de los ecosistemas. La naturaleza está llena de misterios, que van desde los elementos no vivos que la forman, hasta las especies que aún no se descubren, pero describiéndola de esta forma se vuelve más sencillo conocerla y apreciarla.