Xochimilco es conocido mundialmente por sus coloridas trajineras y por ser nombrado en años recientes como patrimonio cultural de la humanidad, cosa que la pone en un punto de atención aun mayor con gente que busca saber más del lugar y su origen.
La palabra Xochimilco viene del nahuatl y significa «el campo de flores» y que describe a la perfección la esencia de este lugar ya que las sociedades que se establecieron en la antigüedad en el Valle de México aun perduran, resguardando las tradiciones y costumbres de sus habitantes.
En el pasado la zona estaba habitada por grupos indígenas que pertenecían a villas de Copilco y Cuicuilco, lugares en ese entonces cercanos al río que existía al sur de los lagos. Tiempo después llegó la tribu xochimilca y pequeños pueblos comenzaron a surgir, de los cuales algunos aun perduran hasta nuestros tiempos, tales como Tlahuac o Mixquic.
Una de las actividades que caracterizaba a la zona era la agricultura y la forma en que se realizaba, ya que las chinampas, que también se conocen como los jardines flotantes, permiten que se cultive de una manera muy eficiente porque el agua, la tierra rica en nutrientes y el ambiente del lugar en general así lo propician.
Una de las razones por las que estas actividades perduran hasta la actualidad es porque Xochimilco gozó de ciertos privilegios por parte de la corona española ya que apoyaron a los conquistadores y aceptaron rápidamente el cristianismo. Con las costumbres y la propia religión que tenían los nativos desde el principio se creo una mezcla de ideas que se ve ahora con los festejos a algunos santos por lo que podemos apreciar que parte de su cultura sobrevivió, a diferencia de otros pueblos cuyo legado se perdió por completo.
Antes era posible llegar hasta el centro histórico por medio de los canales característicos de las trajineras pero para evitar inundaciones las autoridades empezaron a secar el lago. Otro factor que redujo considerablemente la extensión de los canales fue la contaminación y en general, la falta de consciencia para cuidar el ambiente.
En el presente Xochimilco sigue siendo un lugar rico en tradiciones y costumbres que lucha por seguir siendo un referente en cuanto a la conservación de su identidad. La urbanización de la ciudad ha afectado a muchas zonas y el lugar de los jardines flotantes no es una excepción, si bien se puede decir que solo queda el recuerdo de días mejores, también vale la pena destacar el esfuerzo que su gente hace para las flores y los jardines sigan vivos.