Con los avances que ha tenido la tecnología, los usuarios ahora no sólo se tienen que preocupar por qué clase de equipos adquieren, sino también de la forma en cómo organizan su red de acuerdo a las necesidades que tengan, y entre las opciones que se tienen se encuentra la topología de árbol.
En este caso se trata de una serie de conexiones que poco a poco se van ramificando y generan el diseño que le da nombre a la red. Prácticamente es una combinación de la organización en estrella y de bus, porque se tienen partes conectadas a un nodo central, las cuales serían las ramas, y como tal, se pueden ver algunos de los mismos beneficios de otras alternativas, pero con inconvenientes propios de este modelo.
Ventajas de la topología de árbol.
Escalable.
Como tienen una raíz central, en la que pueden ir conectados muchos concentradores, es muy sencillo agregar equipos que formarían más subredes. Esto le da muchas posibilidades de crecimiento, porque basta con agregar más concentradores para extender los aparatos conectados.
Combinación de estrella y bus.
La conexión que se crea en este modelo de dichas redes independientes, permite aprovechar lo mejor de ambas en un entorno más grande y extenso. En este aspecto, permite un desarrollo y expansión que no se alcanzaría individualmente.
Fallas aisladas.
Si se llega a presentar un error, una desconexión u otra clase de asunto en un nodo, los únicos equipos que se verán afectados serán los que estén asociados a esa rama. Esto quiere decir que la red puede seguir funcionando y que las fallas pueden aislarse para no afectar a otros dispositivos.
Identificar problemas fácilmente.
Relacionado con el punto anterior, es más fácil ubicar los problemas en este sistema, ya que si una parte deja de funcionar, puede verse a nivel físico en que rama se empezaron a tener inconvenientes, además de que habrá un contraste con los equipos que sigan trabajando normalmente.
Desventajas de la topología de árbol.
Ramas diferentes.
En cada punto, las señales se propagarán al menos por dos canales diferentes, y en caso de que el sistema este implementado de manera incorrecta, esto se traducirá en transferencias con velocidades de datos diferentes. Esto implica que una parte siempre será más lenta, y entre mayor sea la ramificación, más se notará la diferencia.
Velocidades bajas.
Debido a su naturaleza y estructura jerárquica, donde los canales se irán dividiendo cada vez más, es un sistema que funciona lentamente. En este sentido, contrasta con otra clase de topologías más rápidas que simplemente no comprometen la velocidad y el rendimiento por su diseño.
Costos e instalación en relación al tamaño.
Dependiendo de lo que se necesite, es como van a aumentar los costos y la complejidad de su implementación, porque cuando sea más grande habrá más conexiones. Esto implica considerar el número de equipos que se van a utilizar, la cantidad de cables necesarios para cada división, los hubs en cada ramificación e incluso la potencia para manejar una velocidad decente.
Dependencia de la raíz central.
Este sistema tiene un nodo raíz en el que todo está conectado, de modo que se genera una dependencia que puede comprometer el desempeño y funcionamiento de todo lo que esté conectado. En cada conexión se van formando una serie de subredes con jerarquías que pueden funcionar independientemente, pero si la raíz falla, se caerá todo el sistema.