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Poner en marcha un negocio puede ser una experiencia emocionante y única. Sin embargo, también puede ser un reto para el que muchas personas no están listas. Por esta razón muchos buscan formar un equipo con quien se sientan cómodos y puedan expresarse sin ningún problema y muchas veces eso lo consiguen con la familia.
En general, cualquier emprendimiento requiere trabajo, pero teniendo parientes a lado hay muchas cosas que tomar en cuenta. Algunos de los problemas más comunes con los empleados, las dificultades financieras o los desacuerdos toman una dimensión diferente y, aunque puede ser beneficioso tener una zona de confort con gente cercana, hay que analizar si en verdad vale la pena involucrar a la familia en nuestros negocios.
Ventajas de una empresa familiar.
Estabilidad.
Suelen ser más resistentes que las empresas no familiares frente a las condiciones económicas. Cuando un miembro de la familia se hace cargo del negocio, es probable que invierta en su futuro y continúe haciéndolo con éxito. También tienen una cultura de colaboración y fuerte comunicación que les ayuda a trabajar juntos como un equipo. Estos puntos fuertes pueden ser importantes cuando los tiempos son difíciles y las empresas necesitan unirse para hacer un cambio.
Una forma de convivir.
Puede ser una forma estupenda de mejorar tu estado de ánimo, ser tu propio jefe, tener el control sobre tu vida y tus ingresos y además, una forma divertida de pasar tiempo con tus seres queridos. Dependiendo de quienes trabajen, es posible que una pareja esté siempre junta y apoyándose, o que entre hermanos se generé un ambiente amigable que haga el horario más ameno.
Ahorrar tiempo y dinero.
Al trabajar juntos, es posible compartir las tareas y tomar decisiones como una unidad colectiva. Esto ahorrará tiempo y dinero, ya que no tendrán que pasar por la burocracia de una organización. También permite una dinámica familiar más estrecha, que puede ser beneficiosa en momentos de estrés o agitación. En este aspecto, las empresas familiares suelen ser más resistentes que las organizaciones más grandes cuando se trata de contratiempos o dificultades financieras.
Mismos valores.
Los miembros suelen tener un fuerte sentido de comunidad y los valores y principios que se enseñan en casa son los mismos que demuestran en el trabajo. Esto es importante cuando se quiere mostrar una buena imagen y se quiere llegar a cierto publico. Una vez que vean que cada individuo en una empresa tiene los mismos principios inculcados desde el hogar, se generará más confianza.
Más fácil tomar decisiones.
Una de los beneficios de este sistema es que es más fácil tomar decisiones. Esto se debe a que hay múltiples voces involucradas en el proceso, lo que ayuda a garantizar que todos estén contentos con el resultado final. Esto conduce a un vínculo más fuerte entre los fundadores y sus empleados, por lo que las empresas familiares suelen tener más éxito que las dirigidas por gente sin parentesco.
Además, como se está en confianza, es más sencillo expresar las opiniones que cada persona tenga. En este sentido, como todos se conocerían, sabrían que no se dicen las cosas con malicia y que en verdad hay un deseo de corregir problemas o hacer sugerencias útiles.
Desventajas de una empresa familiar.
Nepotismo.
El nepotismo es un problema común en los entornos familiares. Esto se debe a que los parientes suelen estar más familiarizados con la empresa y, por tanto, tienen más probabilidades de ser promovidos a puestos de autoridad, aun sin estar capacitados para ello. Esto puede dar lugar a conflictos de intereses, ya que los miembros pueden aprovecharse de sus vínculos para tomar decisiones que redunden en su propio interés y no en el de la empresa.
El nepotismo también crea un riesgo de corrupción, ya que las personas con acceso al poder pueden utilizar su posición para beneficiarse injustamente a sí mismas o a sus amigos. En situaciones muy malas esto podría traducirse en la perdida de clientes, dinero y hasta de personal realmente capacitado que buscaría otras opciones para crecer.
Parientes como distracción.
Dependiendo de las personas que trabajen juntas, puede ser difícil mantener la atención centrada en el negocio. En este sentido, demasiada comodidad puede ser contraproducente, ya que las distracciones y la falta de disciplina pueden terminar interfiriendo en las tareas.
Esto puede ser un problema porque es fácil olvidar detalles importantes del negocio. Si uno no está prestando atención, es posible que los demás familiares tampoco lo hagan. Esto puede dar lugar a errores y, finalmente, a problemas para la empresa que podrían repercutir en la imagen con los clientes o en la calidad de los servicios ofrecidos.
Los problemas profesionales pueden volverse personales.
Los conflictos del trabajo pueden seguir a las personas a su hogar. Esto puede crear tensión tanto en las casas como en la empresa. Si no se pueden resolver los conflictos en el horario, es posible que se intente solucionar junto con las personas más cercanas. Sin embargo, esto implica llevarse consigo la tensión de la oficina y hacer que crezca más con la pareja, los hermanos o hasta los hijos.
No ser aptos para la posición.
Es posible que un pariente no cuente con las habilidades necesarias para dirigir el negocio o simplemente no sea la persona adecuada para cierto puesto. Esto puede acarrear problemas a la hora de satisfacer las necesidades de los clientes. Además, puede ser difícil mantenerse al día con los cambios en la tecnología y las tendencias industriales si no se tiene la preparación adecuada.
En este aspecto, también se puede generar presión de la parentela para contratar a alguien solo porque es el hijo o el hermano de alguien, lo cual puede reducir considerablemente la capacidad del talento humano para cumplir las tareas del trabajo.
Ver la retroalimentación como un ataque.
Una de las contras de dirigir una empresa familiar es que puede haber alguien que tome de manera personal el feedback o la retroalimentación. Esto es un problema porque los desacuerdos entre los miembros de la familia pueden convertirse fácilmente en discusiones y crear tensión. Esta tensión puede llevar a veces a tomar malas decisiones, que pueden tener graves consecuencias para la empresa.
El detalle en estas situaciones es que a veces muchos son demasiado críticos con alguien en particular. En este aspecto, algunos de los comentarios negativos más comunes son criticar el rendimiento del otro, interrumpirlo durante las conversaciones o mostrar un comportamiento irrespetuoso. Si estos problemas continúan, pueden dañar la relación entre los miembros de la familia y provocar una ruptura de la comunicación que va más allá del trabajo.
Es posible ver que un emprendimiento familiar tiene muchas caras y que todo depende de la clase de parientes que se tengan y con los que se esté dispuesto a trabajar. Al final, cada quien conoce mejor a sus seres queridos, por lo que no debería ser una decisión tan difícil de tomar: si son responsables, disciplinados y están capacitados todo saldrá bien, pero si solo entran por compromiso, tal vez sea mejor aprender cuanto antes a separar los asuntos personales de los profesionales.