Las empresas siempre están buscando formas de maximizar sus beneficios y aumentar su base de clientes al mismo tiempo, sin dejar de ofrecer un producto o servicio de calidad que satisfaga las necesidades y expectativas de sus clientes.
Para ello, tienen que ser capaces de identificar qué grupos de clientes potenciales tienen más probabilidades de adquirir su producto o servicio y comprender por qué éstos les eligen a ellos en lugar de a sus competidores. En este aspecto, la segmentación del mercado es una de las herramientas más importantes de que disponen las empresas para alcanzar este objetivo.
¿Qué es la segmentación del mercado?
Es el proceso de dividir un gran publico objetivo en grupos más pequeños en función de características compartidas, como la ubicación, los intereses, la edad, los hábitos de compra y otras más. Al comprender estas partes, es posible crear estrategias de marketing específicas que se centren en las necesidades concretas de cada grupo para aumentar las ventas y los márgenes de beneficio.
Este tipo de división permite comprender qué clientes tienen más probabilidades de comprar sus productos o servicios, basándose en características compartidas, lo que les facilita comercializar eficazmente cosas que satisfagan esas necesidades.
Tipos de segmentación del mercado.
Hay ciertos tipos de segmentación del mercado que se utilizan al investigar las opciones que se tienen para llegar a más personas:
- Geográfica.
- Demográfica.
- Psicográfica.
- Comportamiento o estilo de vida.
Cada uno ofrece información sobre distintos aspectos de las preferencias de una persona, de modo que es posible desarrollar planes más eficaces, adaptados a cada parte individual de clientes.
Geográfica.
En este caso lo que se hace es dividir el objetivo en diferentes grupos en función de su lugar de residencia, como la región o el país, así como de otros factores geográficos, como el clima o el terreno, que podrían influir en las decisiones de compra según lo que se venda.
Gracias a esto es más fácil entender las diferencias regionales en la demanda de productos, de modo que puedan desarrollar estrategias más enfocadas a cada individuo con respecto a sus necesidades especificas, que variarán respecto al lugar de residencia. Por ejemplo, es poco probable que se pida un calefactor en una zona con clima templado, a diferencia de zonas más frías, donde incluso se consideraría el gasto energético de estos aparatos o su rendimiento.
Además, esto permite a las empresas identificar las zonas con mayor demanda de determinados elementos, de modo que puedan ajustar los niveles de producción en consecuencia para satisfacer los niveles de demanda en cada región o país.
Demográfica.
Consiste en dividir el mercado objetivo en secciones más pequeñas en función de rasgos como la edad, el genero, el estado civil, el nivel educativo, los ingresos familiares o la carrera profesional. Con las segmentaciones demográficas, es posible comprender mejor quién está más interesado en su producto o servicio y por qué.
Esto ayuda a crear campañas adaptadas a individuos dentro de grupos demográficos específicos, ayudándoles a llegar a audiencias más amplias con mensajes más relevantes. Además, al centrar las campañas en grupos específicos, por ejemplo, madres de 25 a 35 años con empleos a tiempo completo, las empresas pueden medir con mayor precisión la eficacia de sus campañas mediante el seguimiento de los indicadores clave de rendimiento.
Psicográfica.
Consiste en analizar los valores, actitudes, tipos de personalidad, intereses o hasta opiniones de las personas. Entender cómo piensan, sienten y se comportan ante determinados temas o marcas permite comprender mejor qué motiva el proceso de toma de decisiones de las personas a la hora de comprar determinados productos o servicios.
Este tipo de información ayuda a decidir qué mensajes serán más eficaces cuando se dirijan a determinados sectores, lo que aumenta los índices de conversión gracias a una mayor relevancia en comparación con los mensajes dirigidos a públicos más amplios.
Comportamiento o estilo de vida.
Implican analizar cómo actúan las personas en respuesta a determinadas situaciones. Por ejemplo, si una empresa realizara una encuesta sobre los sabores de algún dulce, también se harían preguntas sobre la frecuencia con la que la gente come éstos a la semana, al mes o al año.
Este tipo de información ayuda a comprender mejor el comportamiento de la gente ante determinados productos, lo que les permite desarrollar mensajes específicos en función de los hábitos de uso, en lugar de limitarse a la creatividad.
Trazando un plan de acción.
Como puedes ver, las segmentaciones ofrecen información clave para comprender el comportamiento de los consumidores, lo que permite enviar mensajes más relevantes que resuenen con la gente y aumenten las tasas de conversión, así como la fidelidad a la marca y muchas cosas más, al mostrarles que comprenden lo que es importante para ellos personalmente, como individuos, en lugar de limitarse a mensajes genéricos dirigidos a todo el mundo.
Al final, se trata del manejo indicado de la información, por lo que se tienen las herramientas necesarias para trabajar con un plan bien elaborado, en lugar de ir a ciegas esperando el éxito. Si bien puede ser difícil obtener todos estos datos, es evidente que después de un tiempo se ven grandes beneficios, por lo que siempre es importante conocer bien al publico o las necesidades que tengan.