
Uno de los asuntos que más preocupan a las personas en general tiene que ver con el pago de impuestos y las cantidades que tienen que dar a sus gobiernos para cumplir con la ley. Sin embargo, muy pocos saben que también pueden gozar de ciertos beneficios fiscales de acuerdo a su situación y condición.
Estas herramientas suelen ser muy utilizadas en todas partes del mundo para darle cierto movimiento la economía de un lugar, ya que se entiende que a veces es difícil pagar muchos impuestos, más aun cuando se tienen otros factores externos como la inflación por la subida de precios en general.
Beneficios fiscales.
En general, se trata de exenciones o una reducción de los pagos que deben realizar cada cierto tiempo los ciudadanos o las empresas. Éstas suelen ser avaladas por la ley en forma de derechos para diferentes secciones de la población y se presentan de distintas formas: exenciones del IVA o hasta regímenes especiales.
Normalmente existen para permitirle a las entidades tener capital con el que tener más libertad de acción, ya sea para realizar nuevas inversiones, tener algún fondo de ahorro o simplemente dejarle un dinero extra a la gente que fomente el consumo y por ende, haga que el capital siga fluyendo en el sistema.
¿Quiénes se benefician de esto?
Si bien es algo que está pensado para toda la ciudadanía, hay un requisito fundamental que se debe seguir para poder aprovechar esto: pagar impuestos. Si bien esto puede parecer redundante, hay que tomar en cuenta que situaciones como el comercio informal o las dificultades que presenta regularizarse, generan que la mayoría de la gente no se tome la molestia de darse de alta en sus sistemas tributarios.
Por esta razón, este tipo de herramientas también fomentan la formalidad, y que la carga fiscal no sólo recaiga en las personas que ya pagan impuestos, sino que también se busca que contribuyan los que aún no lo hacen.
Tipos de beneficios o deducciones.
Al final, como se trata de un cierto porcentaje o cantidad que se puede remover de un monto total a pagar, son muchos los casos donde se puede aplicar.
Aunque esto puede variar de país en país, se suele tomar en cuenta la capacidad adquisitiva del contribuyente, de modo que tenga un impuesto justo de acuerdo a sus ingresos.
Existen muchos casos donde la tasa de pago tiene una reducción completa del 100%, mientras que en otros, el primer año no se paga nada, pero en años subsecuentes el impuesto va aumentando un 10% cada 12 meses hasta que se llega un punto en que este se empieza a pagar en su totalidad.
En este sentido, se suelen incluir deducciones, las cuales consisten en la devolución de un porcentaje total o parcial de un impuesto y el cual se suele dar cuando se declara todo el año fiscal, o exenciones, las cuales permiten que ciertas categorías de los ciudadanos o empresas no paguen, en situaciones como las siguientes:
- Gastos médicos.
- Equipo de salud.
- Colegiaturas en educación.
- Guarderías.
- Ayudas con discapacidades.
- Donaciones.
Como se puede apreciar, en muchos casos se suelen incluir servicios o artículos de primera necesidad que prácticamente serían consideradas como un derecho universal para todos. En este sentido, la salud y la alimentación van muy de la mano y no suelen ser gravadas.
Muchos empleadores aprovechan este tipo de herramientas para poder crecer profesionalmente, garantizar el pago a los empleados o incluso hasta por la generación de más empleos. Por esta razón, muchos ciudadanos nos vemos beneficiados de esto indirectamente, por lo que a todos nos conviene saber cómo nos ayuda la ley de acuerdo a nuestra situación.