
En las novelas que podemos leer en cualquier lugar, siempre se tiene una estructura bien definida para narrar los hechos que acontecen, pero hay una parte particularmente especial que se puede considerar fuera de la historia, pero que aún así aporta mucho al desarrollo por la forma en cómo se presenta: el epílogo.
Hay veces que un lector sigue una trama desde principio a fin poniendo mucha atención a los detalles, pero no es posible darle sentido a algunos eventos porque simplemente falta algo de información. Es en esta situación donde es posible encontrar la razón de ser de esta herramienta, ya que en esta pequeña parte del texto se pueden atar cabos de una forma satisfactoria.
Epílogo.
Se trata de una palabra derivada del griego epílogos, y también del latín epilogus, donde simplemente significan terminación, lo cual describe a la perfección el propósito de esta parte, ya que se incluye al final de una obra para realizar unas conclusiones o un resumen final de las ideas o temas descritos.
Suele ser escrito por el autor, ya que es la persona que conoce a la perfección los eventos que transcurrieron y de igual forma, sabe lo que le depara a los personajes en el futuro. Este papel también puede estar a cargo de un protagonista, quien hace lo mismo e informa sobre el final en base al contexto de los hechos que ocurrieron.
Función.
Por su naturaleza se incluye hasta el final de una historia, y puede tener un papel recapitulativo donde se resumen ciertos eventos pasados, se incluye información complementaria o incluso se dan algunas sorpresas relacionadas con la historia. La conclusión puede ser total o dejarse suspendida en el caso donde se tengan continuaciones y se les permite a los lectores generar sus propias ideas sobre hechos futuros.
Una de sus mayores características es la forma en la que atribuye un sentido general a todo lo acontecido, ya que al cerrar la historia definitivamente impide cualquier tipo de evolución o desarrollo y el significado o mensaje queda sellado.
Aún así, también tiene elementos opuestos a lo anterior, ya que permite que la imaginación de los lectores se mueva y dé paso a la interpretación, pensando tanto en el destino de los personajes como el desenlace de los eventos incluso más allá del final.
Diferentes medios.
En la actualidad se puede ver en una gran variedad de novelas literarias, ya que es una herramienta muy útil para cerrar cosas pendientes en un texto, pero también se utiliza en otro tipo de arte. En las obras de teatro por ejemplo, el epílogo puede ser desde el último acto o escena, hasta unas simples palabras de los actores. En las películas se tiene su propia versión, ya que por ejemplo, en las producciones basadas en hechos reales, justo antes de los créditos o durante éstos se habla sobre qué pasó en la vida de las personas después de los eventos de la película.
La salida del texto.
Vemos que se trata de una parte donde el escritor puede hablar libremente sobre el futuro sin tener que preocuparse por afectar la trama principal. Si bien se trata de una herramienta narrativa con un propósito claro, su uso suele ser más debatido porque si en un libro se tiene un final satisfactorio tal vez no haya necesidad de recurrir a esta sección.