Como estudiantes o padres de familia, se deben tener en cuenta todas las opciones de universidades publicas y privadas para garantizar que la elección sea la indicada, se este a gusto y los estudios que se tomen ahí garanticen un buen futuro. Dejando de lado el nivel educativo, que puede ser igual de bueno o igual de malo en ambos casos, y el prestigio las escuelas, hay puntos importantes que pueden cambiar nuestra preferencia.
Una de las diferencias más evidentes es como las universidades públicas están financiadas por los gobiernos locales mientras que las privadas dependen de las colegiaturas y en general, de financiación independiente.
Esta es una de las razones principales para escoger una de las dos opciones ya que los precios en las universidades privadas no siempre están al alcance de todos y aunque se puede ofrecer la posibilidad de entrar con beca, obtenerla requiere un gran esfuerzo. Las públicas, por el otro lado, normalmente sólo requieren un examen de admisión y si se llega a pedir alguna cuota, suele ser opcional o muy pequeña.
El precio puede determinar más cosas ya que las alternativas privadas ofrecen el equivalente de lo que se paga, desde las instalaciones recreativas hasta los materiales didácticos necesarios para las clases, se puede ver más calidad. Esto no quiere decir que en la opción pública no se cuente con nada pero por la cantidad de personas y lo limitado de los recursos tal vez las cosas no sean suficientes.
El tamaño de las universidades públicas generalmente es más grande por lo que las clases suelen tener muchos alumnos y la eficiencia de estas se ve reducida. En cambio las privadas son más pequeñas y con grupos menos numerosos, lo que permite que las clases sean más personales y se aproveche de mejor forma el nivel de los maestros.
Esto da origen a otro de los puntos importantes a la hora de elegir una de las dos alternativas: Las carreras. El número de estudiantes en cada opción es lo que ayuda a determinar la cantidad de carreras que se pueden ofrecer. Una universidad privada suele tener menos licenciaturas a diferencia de una pública, las cuales se caracterizan por tener una gran cantidad de alternativas para estudiar.
La razón por la que la cantidad de alumnos es relevante en este sentido se debe a los precios para mantener cada carrera. Como una universidad privada depende de las colegiaturas, si son pocas las personas que deciden estudiar una licenciatura, resulta imposible financiarla ya que se tiene que tomar en cuenta la duración, la cantidad de maestros y otros factores más. En cambio, como en una universidad pública hay más alumnos, se justifica invertir en más carreras porque la demanda va estar garantizada.
Cuando se es consciente de estos puntos no se busca un ganador sino más bien el obtener una idea general de lo que se puede obtener con cada elección. Si el prestigio de cada universidad es un factor más para elegir o cualquier otro motivo personal, ya depende de cada quien. Llegado a este punto hay que tomar lo que nos haga sentir más cómodos, lo que podamos permitirnos y lo que nos de el futuro que queremos.