En un mundo donde la información fluye a una velocidad vertiginosa y la atención se ha vuelto un bien preciado, la manera en cómo presentamos nuestros contenidos es más importante que nunca. En este contexto, el debate sobre la utilidad y eficacia de los textos continuos y discontinuos ha cobrado una relevancia inusitada.
En un mundo donde la información se presenta casi exclusivamente en forma de texto, la manera en que este se dispone en la página tiene un impacto directo en la capacidad de los lectores para procesar y retener la información. Por eso, es importante que todos los que se dedican a crear contenidos tengan al menos una noción básica de las diferencias entre texto continuo y discontinuo, y de las implicaciones de cada uno de ellos.
Texto continuo.
El texto continuo es aquel que se presenta en una o varias columnas continuas, sin interrupciones significativas entre ellas. Se trata del formato más común en libros, revistas, periódicos y otros medios impresos.
El texto continuo se caracteriza por tener una estructura jerarquizada, donde los encabezados, subencabezados y otros elementos de formato se utilizan para marcar la importancia relativa de cada sección. La información se presenta en un flujo constante, y es responsabilidad del lector dividirla mentalmente en unidades significativas.
Características del texto continuo.
La principal ventaja del texto continuo es que permite presentar grandes cantidades de información de manera ordenada y jerarquizada. Además, el texto continuo es fácil de leer y de seguir, ya que el lector puede avanzar en un flujo constante sin tener que interrumpirse para reorientarse. El texto continuo es también muy flexible, ya que se puede adaptar a diferentes tamaños y formatos, y se puede modificar fácilmente para ajustar la longitud o la estructura de un documento.
Sin embargo, el texto continuo tiene también algunas desventajas importantes. Por un lado, puede resultar abrumador para los lectores que no están acostumbrados a procesar grandes cantidades de información. Además, el texto continuo puede resultar monótono y poco atractivo visualmente si no se utiliza un diseño adecuado.
Puede hacer difícil resaltar los puntos clave o destacar información específica, lo que puede ser un problema en documentos largos y complejos.
Texto discontinuo.
El texto discontinuo, por su parte, se compone de elementos separados que se presentan de forma no lineal. Se trata de un formato que se utiliza principalmente en documentos electrónicos, como páginas web, aplicaciones móviles y presentaciones. El texto discontinuo se caracteriza por tener una estructura no jerarquizada, donde cada elemento puede ser igualmente importante. La información se presenta en pequeñas unidades separadas, y es responsabilidad del lector unir las piezas para formar un todo coherente.
Características del texto discontinuo.
La principal ventaja del texto discontinuo es que permite presentar información de manera más atractiva y visualmente impactante. El texto discontinuo se presta a diseños creativos y a la inclusión de elementos multimedia, como imágenes, videos y gráficos interactivos. Además, el texto discontinuo es muy útil para presentar información en formatos muy específicos, como listas, tablas o diagramas.
Sin embargo, el texto discontinuo tiene también algunas desventajas importantes. Por un lado, puede resultar confuso para los lectores que no están acostumbrados a procesar información de esta manera. Además, el texto discontinuo puede ser menos eficiente para presentar grandes cantidades de información, ya que requiere que el lector vaya saltando de una sección a otra.
Puede ser menos accesible para personas con discapacidades visuales o cognitivas, ya que se basa en un formato visual que puede ser difícil de interpretar para algunos usuarios.
Utilización.
Para ilustrar las diferencias entre texto continuo y discontinuo, veamos algunos ejemplos concretos. Un ejemplo de texto continuo sería un artículo periodístico. El texto se presenta en una o varias columnas continuas, con encabezados y subencabezados para marcar las principales secciones. Los párrafos están ordenados de manera lógica y jerarquizada, y el lector puede avanzar de manera fluida a través del texto.
Un ejemplo de texto discontinuo sería una presentación en Powerpoint. En este caso, la información se presenta en diapositivas separadas, que pueden incluir texto, imágenes, gráficos y otros elementos multimedia. Cada diapositiva se presenta en un formato específico, y el lector puede avanzar o retroceder según su interés. A diferencia del texto continuo, no hay un flujo constante de información, sino que cada diapositiva se presenta como una unidad separada.
Ventajas y desventajas de ambos tipos de texto.
Como hemos visto, tanto el texto continuo como el discontinuo tienen ventajas y desventajas específicas. En general, el texto continuo es más adecuado para presentar grandes cantidades de información de manera ordenada y jerarquizada, mientras que el texto discontinuo es más adecuado para presentar información de manera más atractiva y visualmente impactante, en formatos específicos.
Sin embargo, la elección entre texto continuo y discontinuo depende también de otros factores, como el tipo de audiencia, el propósito del documento, la plataforma de publicación y el presupuesto disponible. En general, es importante tener en cuenta estos factores al decidir qué tipo de texto utilizar en cada situación.
Documentos de toda clase.
Así como cada documento es diferente, cada elección entre texto continuo y discontinuo también lo es. Es importante recordar que no hay una única respuesta correcta, sino que es cuestión de evaluar las circunstancias y encontrar la solución adecuada.
Al final del día, lo más importante es crear documentos que cumplan su propósito y comuniquen eficazmente el mensaje que se desea transmitir.