Ser un buen líder no es tan fácil como parece, ya que hay muchas cosas que hay que saber para tener éxito. Hay muchas maneras de ser un líder. Puedes ser el que siempre defiende lo que crees, o el que defiende a los demás cuando lo necesitan, el que toma las riendas cuando las cosas se ponen difíciles, o el que ayuda a guiar a los demás por el camino correcto.
El detalle está en que no hay una forma incorrecta de dirigir, pero siempre que estés dispuesto a esforzarte y a cumplir tus compromisos se puede dar un buen ejemplo. Aun así, existen dos formas que pueden destacar por los métodos que utilizan para hacer las cosas, los efectos que tienen o por como son percibidos por las personas a su alrededor: el liderazgo carismático y transformacional.
Diferencia.
Hay una gran diferencia entre el liderazgo carismático y el transformacional. El primero consiste en conectar más fácilmente con la gente a nivel personal y utilizar sus talentos o fortalezas naturales para hacer el trabajo. Este estilo es bueno para los proyectos a corto plazo, ya que genera un rápido cambio en los resultados.
El segundo, por otro lado, tiene como objetivo construir equipos y organizaciones a largo plazo. Los líderes con este estilo tienen que tener empatía y ser capaces de ver las cosas desde diferentes perspectivas, ya que hay que ser capaz de movilizar a la gente en torno a un objetivo común e inspirarles a ir más allá de sus zonas de confort. Esto se traduce en el crecimiento personal y personal de sus seguidores, por lo que es un método más complicado, pero tiene un mayor impacto global.
En este sentido, el carisma es la capacidad de influir en los demás basándose en los activos personales. No se trata de la apariencia ni de la personalidad, sino de comprometerse con la gente a nivel emocional. La transformación, por otro lado, consiste en cambiar una organización o un grupo de personas para mejor. Se trata de crear una mentalidad de innovación, creatividad y cambio. En última instancia, ambas formas pueden contribuir al éxito de las organizaciones; sólo depende de cómo se utilicen.
Líderes carismáticos.
Se caracterizan por su capacidad para atraer y motivar a sus seguidores. Suelen tener una capacidad natural para conectar con la gente y pueden inspirarles con su visión y su mensaje. También son capaces de crear un sentido de urgencia e inspirar a la gente a pasar a la acción.
Una manera eficaz y directa de guiar a las personas es utilizando el carisma. Éste es la capacidad de infundir un vínculo emocional significativo en los demás, lo que les permite influenciarlas positivamente. Cuando se tiene, estamos más dispuestos a seguir las indicaciones y éstas no son requerimientos irracionales ni intrínsecamente difíciles. La mejora del desempeño puede tener aún mejores resultados si se combina con un buen plan de negocio.
Otros rasgos clave de un líder carismático son su gran capacidad de comunicación y asertividad, su capacidad para manejar situaciones difíciles y su facilidad para crear equipos sólidos. Uno de sus puntos fuertes es la capacidad que tienen de mostrar empatía y entender las necesidades de los demás como si se tratará de un amigo.
Líderes transformacionales.
Se centran más en cambiar la organización que en involucrar a sus seguidores. Suelen trabajar para crear un entorno de trabajo más productivo y se centran en el desarrollo de los miembros de su equipo en lugar de basarse únicamente en la inspiración.
Entienden que el cambio lleva tiempo y a menudo necesitan ser pacientes para ver resultados. Por esta razón, este estilo puede ayudar a las personas a crecer, mejorar su desempeño y avanzar en sus carreras. Esto se traduce en una mayor productividad, logros satisfactorios en el trabajo y más relaciones positivas con otros. Su objetivo es facilitar el cambio en la organización mediante el aprendizaje y la construcción de conocimientos.
Las personas en esta categoría suelen ser visionarios, creativos, inspiradores y potenciadores. Son capaces de fomentar el cambio inspirando a su equipo para que asuma nuevos retos y piense de forma innovadora. En este aspecto, inspiran a sus equipos, mostrándoles que hay un potencial de grandeza dentro de ellos, les dan objetivos y plazos claros, y luego confían en que harán el trabajo.
Diferentes formas para guiar.
Existe un gran debate en torno a la existencia de diferentes estilos de liderazgo. Algunas personas creen que no hay una única forma correcta de dirigir y que todos las personas deben utilizar su propio estilo para tener éxito. Otros creen que hay estilos específicos que son más eficaces en diferentes situaciones.
Al final, con tantas opciones y diferentes personalidades en cada persona, es importante encontrar un estilo que se adapte tanto a la personalidad del individuo, como a los objetivos que se plantee. Todos estos conceptos han existido desde hace siglos, ya que cada cultura tuvo sus propios lideres y como tal, existieron momentos buenos y malos. Por esta razón tenemos ejemplos de sobra para ver que es lo mejor en cada situación.