En la superficie de nuestro planeta nos podemos encontrar con toda clase de terrenos que pueden variar tanto por su ubicación, las condiciones geográficas en las que se encuentran y por la altura. Un caso de esto lo tenemos en los cerros y las montañas, ambos son elevaciones en la tierra, pero que tienen características que los separan uno del otro.
Para las personas, la diferencia más notable entre los dos es la altura aunque para los expertos en el tema no hay algo más claro que las distinga, por lo que a falta de algo más oficial podemos fijarnos en su formación, su apariencia y otras características más.
Cerro.
Un cerro tiene una elevación menor, normalmente son menos de 600 metros, y su área es más redondeada, se formaron por la erosión de la tierra causada por los glaciares y el agua de hace millones de años. No suelen ser nombradas ya que no funcionan tan bien como un punto de referencia y tampoco sobresalen en el paisaje, y aunque los hay con nombre, no son tan conocidos.
La vegetación y los animales que habitan en los cerros son parte del ecosistema que está alrededor del lugar, y de la misma forma, el clima suele ser el mismo que el de la zona.
Las personas pueden vivir en estos terrenos ya que, en cuanto a las condiciones para habitarlos, solo son un poco más altos. En la antigüedad se colocaban puntos de control o asentamientos en estos lugares para avistar más fácilmente a invasores u otro tipo de peligros.
Montaña.
La montaña tiene más elevación, arriba de 600 metros, y esto se puede ver a simple vista, su apariencia es más puntiaguda con cimas más marcadas, éstas se forman por el movimiento y choque de las placas tectonicas de la tierra y la actividad volcánica de la zona donde se encuentren. Como son una referencia del lugar y causan una gran impresión suelen ser nombradas.
La variedad de animales que habitan en las montañas están más adaptados a las condiciones de la altura y el terreno ya que hay aves como las aguilas o los halcones e incluso buenos escaladores como la cabra montes. Debido a la elevación que alcanzan el clima en las partes más altas es muy frió, lo que se puede ver en los paisajes de nieve que cubren la punta.
Las montañas no presentan las condiciones adecuadas para vivir en ellas, el terreno no es el adecuado para desplazarse con seguridad, además de que la temperatura llega a cifras muy bajas y la falta de oxigeno en algunos puntos no permite que se pase mucho tiempo ahí.
La confusión entre un cerro y una montaña se da por ver a ambos como simples elevaciones en la superficie, pero una vez que entendemos que tienen características únicas que van desde el clima y hasta su hábitat, sabemos que son casos completamente diferentes.