
La traición puede ser una de las experiencias más dolorosas de la vida, ya provenga de un amigo, un familiar o una pareja romántica. Es normal que la gente se sienta herida y enfadada cuando la han traicionado; sin embargo, es importante recordar que la curación tras una traición toma tiempo y esfuerzo.
No es algo sencillo de realizar, pero tampoco hay que creer que nunca se superará. El primer paso es reconocer lo que ha ocurrido y permitirte experimentar todas las emociones asociadas a ello, enfado, tristeza, confusión, sin juzgar ni sentirte culpable. Esto significa aceptar que ha ocurrido algo malo, pero también reconocer que esto no define quién eres como persona ni te hace débil o vulnerable. Una vez reconocidos estos sentimientos, si es posible, tómate un tiempo para alejarte de quienes puedan haber causado la traición; distánciate hasta el momento en que te sientas preparado para enfrentarte a ellos por sus acciones, si es necesario.
Conviviendo con perdón.
A continuación viene el perdón, que no significa necesariamente olvidar lo ocurrido, sino comprender por qué alguien puede hacer algo así, sin dejar de responsabilizarle de sus actos. El perdón nos permite dejar ir nuestra ira para que podamos centrarnos en reconstruirnos a nosotros mismos, en lugar de quedarnos en heridas y resentimientos del pasado, que sólo sirven para mantenernos atrapados en un ciclo de amargura y negatividad.
Perdonar a otra persona requiere fortaleza, porque a menudo no hay respuestas o soluciones fáciles; sin embargo, hacerlo ayuda a liberar la energía que antes se gastaba en pensamientos negativos sobre otra persona, que puede emplearse de forma más productiva en otros aspectos de nuestra vida, como centrarnos en actividades de autocuidado.
Una vez que nos hemos ocupado emocionalmente de nosotros mismos mediante el reconocimiento, el distanciamiento de las relaciones tóxicas y el perdón a las personas implicadas, debemos aprender a protegernos mejor estableciendo límites saludables tanto en las relaciones existentes como en las nuevas. Los límites nos permiten crear espacios seguros en los que la confianza puede construirse con el tiempo entre dos partes sin miedo a que se aprovechen de nosotros por ingenuidad. Establecer expectativas claras por adelantado puede ayudar a evitar malentendidos en el futuro, al tiempo que nos permite ser más asertivos cuando sea necesario.
En general, la curación tras una traición es un proceso que toma tiempo y esfuerzo, pero que puede lograrse con paciencia y comprensión. De esta forma, podemos empezar a avanzar sin sentirnos agobiados por el dolor y el resentimiento.
Estrategias para superar el dolor.
La traición puede hacer que una persona se sienta herida, enfadada, confusa o incluso aturdida; sin embargo, estas emociones son reacciones normales ante una experiencia tan traumática. Es importante recordar que, aunque superar dicha experiencia puede tomar algún tiempo, hay estrategias que se pueden emplear para facilitar esta transición.
Es importante recordar que se está sola: la traición le ocurre a mucha gente, y es posible volver a sentir alegría.
- Busca apoyo: El camino hacia la curación después de haber sido engañado puede ser mucho más fácil con el apoyo de los demás. Busca familiares o amigos que puedan prestarte atención o darte consejo cuando lo necesites. Hablar con consejeros o terapeutas también puede ser beneficioso para procesar tus emociones con un profesional experimentado.
- Practica el Autocuidado: Es esencial practicar el autocuidado para que tu bienestar físico y mental siga siendo lo bastante fuerte como para seguir afrontando de frente los retos de la vida. Esto incluye comer bien, descansar lo suficiente, realizar actividades que te gusten, como pasear al aire libre, leer algún libro o encontrar un pasatiempo y asegurarte de que tienes tiempo para ti cada día.
- Acércate a otras personas en la misma situación: Relacionarte con personas que también han sufrido una traición puede proporcionarte consuelo y comprensión, así como recordarte que no estás sola. Considera la posibilidad de unirte a grupos de apoyo o foros en línea para poder interactuar con otras personas que tengan experiencias similares.
- Perdónate a ti misma: Muchas personas se sienten responsables y se culpan por lo ocurrido. Es importante recordar que tú no tienes la culpa de las acciones de la otra persona: es su decisión y sólo suya. Permítete perdonarte y seguir adelante, en lugar de obsesionarte con el pasado.
- Tómate tiempo para curarte: El proceso puede llevar tiempo y no debe precipitarse. Es normal experimentar emociones difíciles durante este tiempo, así que permítete llorar y curarte a tu propio ritmo. Con paciencia y autocuidado, acabarás alcanzando un lugar de paz con lo ocurrido.
Aprender a confiar de nuevo.
La confianza desempeña un papel integral en la formación de relaciones duraderas con los demás, ya sea en el ámbito profesional o laboral, o en las amistades fuera de estos ámbitos, pero sobre todo teniendo en cuenta las situaciones en las que la traición toma el control por completo, aprender de nuevo cómo funciona la confianza se convierte en un reto aún mayor, ya que a veces parece una tarea imposible.
Sin embargo, a pesar de las desalentadoras percepciones iniciales, aún queda esperanza para recuperar la sensación de seguridad en las personas. Basta con iniciar conversaciones abiertas y honestas con todas las partes implicadas, discute los sentimientos, las preocupaciones y los temas relacionados, y comprométete a construir vínculos más fuertes a medida que avanza el tiempo, aumenta lentamente la cantidad de confianza que se invierte en los demás, de modo que sigas desarrollándote hasta que, finalmente, se vuelve a alcanzar la confianza plena.
Recuperar tu poder tras afrontar este problema.
Tanto si están en juego los lazos de amistad como si la dinámica de trabajo se ve afectada por actos negativos cometidos contra nosotros, recuperar nuestro poder tras sufrir exige valor, sobre todo porque perdonar a alguien puede parecer imposible, dado que las heridas son más profundas de lo esperado cuando nos damos cuenta de que otros nos han hecho daño a propósito.
Sin embargo, enfrentarse a esos duros hechos nos hace tomar conciencia, lo que nos permite identificar las áreas que necesitan cambios, ya sean internos relacionados con la mentalidad necesaria para sanar o cambios externos necesarios para decidir si mantener los lazos con los traidores sigue teniendo sentido en determinadas circunstancias.
En este aspecto, invertir esfuerzos en comprender los métodos empleados para superar el dolor, la ira, la decepción, proporciona la fuerza necesaria para recuperar la fuerza que perdimos por una situación como esta, independientemente del contexto.
Hay que dar prioridad a la construcción de la paz frente a la venganza, ya que obtener justicia no significa necesariamente encontrar consuelo; a veces, aceptar la vulnerabilidad significa aprender de los errores del pasado y seguir adelante a pesar de las dificultades que surjan en el camino hacia la reconstrucción de la confianza y de nuestro propio bienestar.