En la vida diaria, nos enfrentamos a toda clase de problemas. Pueden ser momentos en los que no estamos de acuerdo con alguien, situaciones en las que necesitamos hacer una elección y no sabemos qué decir, o incluso el hecho de habernos puesto en conflicto con nosotros mismos. No existe una respuesta única para todos los problemas, pero sí hay formas para resolverlos.
La mayoría de las veces, las personas quieren llegar a soluciones imponiendo su voz sin considerar a los demás, pero hay medios como el circulo de los conflictos, que nos permite ser más críticos y llegar a un buen acuerdo. Este modelo se basa en el principio de que la comunicación es esencial para resolver cualquier asunto y para esto, requerimos cierto orden y participación de todos los elementos de un grupo.
¿Qué es el círculo de conflicto?
Es un modelo de resolución de conflictos y mediación. Se basa en la premisa de que todas las partes tienen algo que ganar al resolver un problema. En general, es una representación gráfica de los factores de problemas más comunes. Christopher Moore, fue el primero en idear este enfoque para ayudar en las resoluciones, las platicas o las discusiones. Con esta herramienta, las personas pueden averiguar cuál es la causa de un asunto y llegar a un acuerdo sobre cómo solucionarlo. Después de todo, el desarrollo de un plan para resolver desacuerdos de forma cooperativa comienza con la identificación de las causas subyacentes del problema.
En este sentido, es una herramienta que ayuda a las personas a resolver los desacuerdos por medio de una introspección a nivel personal y grupal, que tiene como resultado una autocritica y una reflexión sobre lo que se está haciendo mal y los pasos para corregirlo. Dicho grafico consta de cinco partes que muestran la forma en que están distribuidas las causas de la disputa, para que de ahí se parta y genere un balance entre toda la estructura o que se pueda eliminar por completo la raíz del asunto.
Relación.
Éstos ocurren cuando dos personas están en desacuerdo sobre algo. Pueden ser causados por diferencias en las necesidades, metas, valores u opiniones de las personas involucradas. A menudo, se ven como algo negativo, pero en realidad pueden ser una oportunidad para que las personas aprendan y crezcan.
Las experiencias negativas del pasado aumentan el riesgo de futuros problemas en la relación. Estas disputas están alimentadas por las emociones, los estereotipos que tengan las partes involucradas o una mala comunicación. En este sentido, los enfrentamientos surgen porque no somos honestos acerca de lo que realmente queremos o necesitamos. Por eso es importante expresar lo que uno siente y, de ahí partir para buscar soluciones.
Intereses.
Cuando dos o más personas tienen objetivos incompatibles, se dice que existe un conflicto de intereses. Éstos pueden surgir en cualquier área de la vida, incluyendo el trabajo, las relaciones personales y la familia.
Durante una disputa, el objetivo principal de una de las partes es mantener su status quo, de modo que los motivos de esta postura se basan en los intereses personales, los cuales muchas veces chocan con los demás, porque simplemente también tienen su propia agenda.
Al final, los intereses son lo que mueve a las personas. Para mantener la propia postura, hay que creer firmemente en ella. Comprender los intereses de las partes y dar respuesta a sus problemas y preocupaciones es lo que presenta una vía para llegar a acuerdos, por muchas diferencias que se tengan.
Valores.
Se dan cuando las personas tienen diferentes puntos de vista sobre lo que es importante. Por ejemplo, si alguien cree que la honestidad es lo más importante, pero otra persona cree que el éxito es lo más importante, esto puede generar un enfrentamiento de ideas. A menudo, se trata de diferencias que no tienen solución, porque las personas no pueden cambiar sus principios. Sin embargo, es posible que la gente pueda llegar a un acuerdo si están dispuestas a negociar.
Después de todo, las diferentes ideologías o los estándares de cada individuo son la raíz de estos desacuerdos. Cuando se cuestionan sus principios, las personas, y más aún los grupos, se levantan y luchan por aquello en lo que creen. Los conflictos de valores impiden a las partes llegar a un acuerdo, lo que hace necesaria la intervención.
Estructurales.
Son aquellos que se derivan de las mismas características de la estructura social. Por ejemplo, el conflicto entre ricos y pobres, también lo es el choque entre hombres y mujeres, o las diferencias entre diferentes grupos étnicos. Estos problemas no se pueden resolver fácilmente porque están arraigados en la misma estructura social.
Tienen a veces fundamentos culturales, históricos o tradicionales, por lo que tiene muchas variables que no pueden ser ignoradas a la hora de resolver los problemas. Para su solución se requiere disposición a compartir experiencias u opiniones que permitan arreglar diferencias, así como una apertura a ceder o aceptar errores.
Información o datos.
En esta parte se generan problemas cuando existe una discrepancia en la información que se dispone entre dos o más personas. Esto puede ocurrir cuando alguien está mintiendo o es deliberadamente engañoso, o si hay una distorsión de la realidad debido a la falta de contexto. Estos choques son difíciles de resolver, ya que es complicado determinar qué partes tiene la información verdadera.
Es fundamental llegar a un acuerdo desde el principio sobre la importancia de la información y la forma de interpretarla. En este caso, las disputas surgen de la desinformación y las diferentes percepciones de los hechos, la incertidumbre, los rumores u otras fuentes de información poco fiables. Para evitar que una disputa se salga de control, es vital intervenir con la verdad, pero sabiendo mediar entre las partes.
Definiciones de conflicto.
Las definiciones de este concepto varían, pero la más comúnmente aceptada es que se refiere a un desacuerdo o discrepancia sobre un tema. También puede producirse cuando dos o más personas tienen opiniones diferentes sobre algo y no se ponen de acuerdo sobre cómo resolver la cuestión. A lo largo de la historia, el conflicto ha sido un importante catalizador del cambio.
Resolución de conflictos.
Es el proceso de resolver desacuerdos o desavenencias sobre temas. En este aspecto, hay muchos métodos diferentes para tratar esta situación. Los más comunes son la negociación, la mediación y el arbitraje. Cada uno tiene sus propios puntos fuertes y débiles, pero suelen utilizarse para salir bien librado de cualquier situación tensa.
El problema de la mayoría de los enfoques es que son burocráticos, basados en procedimientos y a menudo son ineficaces. En este aspecto, lo que se debería hacer es algo más que aprender los pasos de un procedimiento, ya que hay que reflexionar de forma que se obtengan mejores resultados para todos los implicados.
Hay cuatro elementos esenciales a considerar en estas dinámicas: la comunicación, la negociación, la mediación y la acción. La comunicación es el proceso de conseguir que todas las partes implicadas en una discusión compartan sus pensamientos y sentimientos. La negociación es el proceso de encontrar una solución que todos puedan aceptar. La mediación es el proceso de ayudar a ambas partes a llegar a un acuerdo por sí mismas sin tener que pasar por negociaciones o litigios. La acción es la aplicación del acuerdo alcanzado a través de la mediación o la negociación.
Si bien se tiene herramientas como el circulo del conflicto, de nada sirve si no se sabe aplicar correctamente la solución. Cuando se intenta resolver un problema, es importante tener habilidades de comunicación eficaces. Los implicados deben ser capaces de entender los puntos de vista de los demás y estar dispuestos a escuchar. También tienen que estar dispuestas a comprometerse y a trabajar por un objetivo común.