El liderazgo autocrático es un tipo de estilo de gestión en el que un individuo tiene el control absoluto de todas las decisiones y operaciones de una organización. Esta forma de liderazgo puede encontrarse en muchos sectores distintos, desde pequeñas empresas hasta grandes corporaciones.
Los autócratas suelen tener la última palabra sobre cualquier decisión que afecte a su empresa o equipo, y a menudo toman decisiones sin consultar primero con los demás. Aunque este tipo de enfoque puede conducir a resultados rápidos, también conlleva ciertos riesgos que deben gestionarse con cuidado para obtener resultados satisfactorios.
Ventajas e inconvenientes del liderazgo autocrático.
Al considerar este estilo como estilo de dirección, es importante comprender tanto sus ventajas como sus inconvenientes. En el lado positivo, la autocracia permite a los líderes tomar decisiones rápidas sin tener que consultar antes con múltiples personas o grupos; esto significa que las tareas pueden hacerse rápida y eficazmente cuando más se necesitan.
Además, como hay menos voces implicadas en la toma de decisiones clave, hay menos margen para el desacuerdo entre las partes interesadas, lo que potencialmente podría ahorrar tiempo durante las negociaciones o los debates sobre lo que debería ocurrir a continuación.
Por otra parte, también tiene algunos inconvenientes: como sólo una persona toma todas las decisiones (y normalmente no implica a nadie más), los empleados pueden sentir que sus opiniones no importan en el trabajo, lo que puede llevarles a desvincularse de sus obligaciones laborales o incluso a abandonar si no se sienten valorados por el comportamiento de su dirigente.
Además, como no se tienen en cuenta las ideas externas antes de tomar decisiones importantes sobre la dirección o la estrategia de la empresa, es posible que los planes de implementación no siempre reflejen las necesidades de todos, y tampoco se obtendrán necesariamente soluciones equilibradas debido a la falta de procesos de pensamiento colectivo.
Aunque a veces la rapidez puede ser beneficiosa, basarse únicamente en el criterio de una persona puede significar perderse valiosos puntos de vista de otras fuentes, lo que en última instancia podría conducir a resultados de peor calidad en general que si se tuvieran en cuenta más perspectivas de antemano.
Útil en determinadas situaciones.
En determinadas situaciones en las que hay que tomar medidas rápidas, como responder con temple a situaciones de crisis, dicho enfoque ofrece claras ventajas en comparación con los enfoques democráticos más lentos, que implican muchas consultas entre las partes antes de llegar a un acuerdo consensuado sobre las medidas deseadas.
Por esta razón es un estilo muy utilizado en momentos de crisis como en caso de catástrofes naturales o dentro de las organizaciones militares, ya que se basan en gran medida en una estructura de mando en cadena, en la que las órdenes dadas por los oficiales de alto nivel son seguidas sin cuestionarlas por los rangos inferiores. En general, es una dirección que puede resultar muy valiosa cuando se trata de situaciones de alta presión en las que hay vidas en juego.
Usar el sentido común.
Aun así, si las decisiones de un autócrata no se basan en un razonamiento sólido o en pruebas basadas en datos, los resultados podrían ser desastrosos para la organización en su conjunto. Además, debido a la falta de aportaciones de otras fuentes, los procesos tienden a ser bastante rígidos e inflexibles, lo que significa que las propuestas no reflejarán necesariamente una solución útil.
En este aspecto, conviene utilizar el sentido común y darse cuenta de que se trata de un estilo útil en ciertas situaciones, pero que no da mucha flexibilidad en equipos o grupos.
Gestionar correctamente siendo autocrático.
A pesar de todo, es posible que haya una gestión eficaz, siempre que se tomen ciertas precauciones antes de implantar este sistema en el entorno de trabajo. Aunque la velocidad a veces es ventajosa en determinadas circunstancias, tomar cuenta más perspectivas puede dejar un buen precedente cuando hay que corregir algo.
También es importante establecer una comunicación clara entre el líder y los subordinados para garantizar que todos entienden las expectativas y lo que se espera de ellos para mantener una relación de trabajo productiva con todos los implicados.
De igual forma, deben realizarse sesiones periódicas de autocritica para que los miembros del equipo puedan expresar sus preocupaciones o ideas sin temor a ser reprendidos con dureza. Tomando estas medidas en consideración, es posible crear un ambiente positivo en la organización, manteniendo el control necesario para alcanzar los objetivos fijados inicialmente.
¿Es ideal para todos?
En última instancia, que el liderazgo autocrático sea o no la opción adecuada depende en gran medida de la situación de cada lugar. Si una empresa necesita actuar con rapidez y decisión en momentos de crisis, tener una única figura con autoridad es sin duda beneficioso, pero hay que tener en cuenta los riesgos potenciales asociados a este estilo de dirección ya mencionados. Por tanto, la mejor dirección suele consistir en evaluar cuidadosamente el contexto actual, sopesar los pros y los contras de cada opción disponible y decidir en consecuencia una vez completado el proceso de reflexión.